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jueves, 8 de noviembre de 2012

VGR (4). LO BUENO SE VA ACABANDO...


De sábado a domingo nos cayó un palo de agua como hacía tiempo que no se veía. Una hora y media estuvo la lluvia repicando sobre el techo de la doka. Por la mañana el campamento aparecía tranquilo, la suite de mi doblecabina había cumplido su propósito: ¡había conseguido dormir en una cuarta parte del espacio que los demás tenían en las kombis o en la Eriba!
Poco a poco fui dando vueltas por el campamento, pero excepto Quino y Thomas, no se veía a nadie más...


Fue entonces cuando me dio por cruzar la carretera y comprobé con asombro dónde estaba el personal: a primera hora se habían metido en un mar que los había recibido cálidamente (a -10º). ¡Con un par, aunque eran tres!


Al rato volvieron a la base. Tocaba desayuno. La noche y el madrugón 
pasado por agua no hacían mella en la moral del personal...



Desayuno para todos: café para los norteños, sopa para los del sur. Así nos va...



Cuando salí de la doka las sillas estaban inundadas, 
tras vaciarlas aún les quedaban restos de la borrasca colombina...


El café, la sopa y los sandwiches a la brasa con el invento sanguichero de Quino acabaron por despertarnos a todos. Había que ponerse en marcha: fernando Alonso estaba a punto de arrancar su coche y el Tenerife calentaba sobre el campo. Unos a una cafetería y otros a una tasca, el personal se desperdigó para saciar las aficiones.


A la hora del almuerzo "se juntó todo el pescado" en palabras de Elio, y las amigas teutonas acudieron en masa a sacarse fotos con nuestros coches (ya habrán visto algunas). Me lo perdí por estar degustando un increíble atún a la plancha con el amigo Gerardo, experto conoceder de la gastronomía local. Por lo menos nosotros probamos bocado, las germanas no se "dejaron morder".



Con todo recogido, los últimos guiris se sacaron fotos con los coches e iniciamos la vuelta de despedida de Valle Gran Rey. Hay que volver, es un sitio increíble.



Nuevas mascotas acompañaban a nuestros VWs...


Tras la impresionante escalada hasta el Cedro en medio de la lluvia y la niebla, paramos un rato y aproveché para sacarle una foto a Giulia.



Último stop antes del barco, en un mirador sobre el barranco del Cabrito.Todas las furgos plantadas y la Eriba y el sedán de Elio más adelantados (por eso no aparece aqui). Lo bueno se acababa. Luego ferry y tras llegar a los Cristianos un rule non-stop hasta el norte de la isla. A descansar y a recordar que al día siguiente había curro.


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