Ayer viernes ibamos a darle "un segundo asalto" a la Garimba, la doka de Eduardo. A la hora convenida quedé con Kiko y fuimos al taller de Morín a recoger las nuevas defensas de la Abuela (la T1 de Eduardo) para alcanzárselas de paso. Mientras Morín sacaba las defensas estuvim os un rato "babeando" sobre su Kubel rojo que está vendiendo....
Embalamos cuidadosamente las defensas recién pintadas en la colección de mantas viejas que tengo para estos menesteres. Menos mal que no nos vió la Benemérita porque parecía que nos íbamos a deshacer de dos cuerpos...
Nada más llegar movimos a "la Garimba" del lozadal en el que estaba hasta un terreno más consistente y nos dispusimos a trabajar a la carrera ante la seria amenaza de lluvia. Había nubarrones grises como para aburrirse...
Esta foto da la exacta medida del nivel de óxido que tiene esta pobre doka: es insalvable. Esto es el tanque de gasolina y la zona interior de debajo de la plancha de carga: indescriptible...
He visto películas de terror rodadas en sitios menos lúgubres...
Poco a poco fueron cayendo los últimos restos recuperables: caja de cambios, parabrisas, cerraduras, faros, sillones, radio, y pequeñas piezas que sólo tienen las Dokas y que resultan difíciles de conseguir nuevas.
Eduardo no parecía muy triste de perder su primera T2b, esta doka era la crónica de una muerte anunciada. Pero el ha conseguido un nuevo corazón para "la Abuela" . Así es la vida, los donantes mueren para que otros sigan viviendo...
Al final acabamos antes de lo previsto. Aqui Eduardo y Kiko meten la caja
de cambios en la doka. Donde ya espera el resto del cargamento.
Vista de la zona de carga. Dentro llevábamos los cristales y el resto de cosas...
La "Garimba" viajará dentro de poco en su última grúa, aquella que la trasladará a la compactadora industrial para hacerla un cubo de acero que fundido volverá a la carretera formando parte de la chapa de un nuevo automóvil: ¡Es el ciclo de la Vida!
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